Soy Alba, terapeuta del alma, de la piel y el bienestar. Déjame que te cuente un poco sobre cómo he llegado aquí.
Mis valores y yo
Luz
Durante gran parte de mi vida he vivido desconectada de mi cuerpo. Sin embargo, hace 20 años que me dedico al cuidado del cuerpo y de la piel de otras mujeres. Mis inicios como esteticista se basaban en el cuidado estético aunque siempre tuve una mirada amorosa y compasiva. Nunca me sentí cómoda “corrigiendo” o “eliminando” imperfecciones. En el 2017 tuve una gran crisis existencial.
Claridad
Estuve a punto de dejarlo todo porque me sentía vacía, perdí la pasión por mi trabajo.El estrés y el rechazo empezó a expresarse en el cuerpo con dolores en articulaciones, desajustes hormonales, retención de líquidos, caída de pelo, pesadez, cansancio, pereza… Ese vacío me llevó a mirar hacia dentro. La alimentación consciente, el yoga y la meditación fueron las primeras herramientas que me ayudaron.
Calma
Fui fortaleciendo la relación conmigo misma y mi trabajo se fue alineando con mi camino personal. Al trabajar de una forma más conectada, mis servicios empezaron a ser más terapéuticos. El cuidado de la piel y del cuerpo empezó a ser más integral, y con cosmética ecológica, empecé a cultivar el hábito del cuidado consciente de forma personalizada para cada clienta. Durante esos primeros años de reconexión no sabía ponerle palabras a lo que sucedía en cabina.
Amor
Se producía un momento mágico en el que siempre he sentido que mi corazón le hablaba al corazón de la mujer que se dejaba sostener por mí. Ahora sé que este amor que siento, lo canalizo, que está en nuestro corazón y que a través del tacto y la entrega se expande en ambas direcciones, aportando luz, calma y claridad. A día de hoy lo que siento sigue creciendo con cada servicio presencial, con cada encuentro grupal y con los acompañamientos.
MI MISIÓN
Ayudar a que las mujeres potencien la conexión con su piel, su cuerpo y su alma a través del tacto, la belleza consciente y rituales ancestrales.
Lo más importante lo he aprendido con la experiencia y la integración propia, pero por supuesto hay una formación continua que ha sido imprescindible para darte lo que te ofrezco.
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La base del cuidado hacia el cuerpo y la piel fue mi formación como esteticista en el 2004, que fue aumentando en esa dirección con numerosas formaciones en diferentes técnicas manuales y de aparatología.
Llevaba ya unos años como esteticista experta en el cuidado de la piel cuando me empecé a interesar por las terapias manuales y me formé en reflexología podal.
Como comunicar y enseñar es otra de las cosas que me apasiona, me propusieron ser formadora para profesionales con una marca internacional, y lo acepté. Fue un proyecto muy bonito y enriquecedor.
Mi sed de conocimiento y mi crisis del 2017 cuándo casi lo dejo todo, me hizo interesarme por el Ayurveda y después de leer algunos libros me formé como terapeuta durante dos años en una escuela de medicina tradicional Ayurveda.
En estos últimos años he ido a numerosos retiros de mujeres, he vivido experiencias que me han hecho conectar a un nivel muy profundo y sanador.
En uno de estos encuentros experimenté una gran conexión con una activación de la kundalini, nuestra energía vital. El viaje fue tan potente que sentí muy fuerte el llamado a formarme y así lo hice.
También llegó a mí la medicina del cacao y es un auténtico regalo poder transmitir el respeto y el amor en cada ceremonia que ofrezco.
Me he ido formando en prácticas del Tao femenino, en ciclicidad, en fertilidad natural y en cuidados para la matriz con prácticas ancestrales y el amor de las plantas para poder ofrecerte lo que tanto me ha ayudado a encontrarme y amarme.